IX Encuentro de Obispos de Triple Frontera
Bolivia – Chile – Perú
ORACIONES
Estimados participantes del «IX Encuentro de Obispos de Triple Frontera» a continuación les compartimos una guía de oraciones para cada día de este encuentro.
Vísperas - Martes 18 de Junio
MARTES 18 DE JUNIO
VÍSPERAS
V/. Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
HIMNO
Estoy, Señor, en la ribera sola
del infinito afán. Un niño grita
entre las olas, contra el viento yermo:
A través de la nada,
van mis caminos
hacia el dolor más alto,
pidiendo asilo.
La espuma me sostiene,
y el verde frío
de las olas me lleva
pidiendo asilo.
Hacia el amor más alto
que hay en mí mismo,
la esperanza me arrastra,
pidiendo asilo.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.
PRIMER SALMO
Salmo 124: El Señor vela por su pueblo
Paz sobre el Israel de Dios (Ga 6,16)
Ant:1 El Señor rodea a su pueblo.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre…
Ant: El Señor rodea a su pueblo.
SEGUNDO SALMO
Salmo 130: Abandono confiado en los brazos de Dios
Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón (Mt 11,29)
Ant: 2 Si no vuelven a ser como niños, no entraran en el reino de los cielos.
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre…
Ant: Si no vuelven a ser como niños, no entraran en el reino de los cielos
Cántico NT
Apocalipsis 4,11;5,9.10.12: Himno de los redimidos
Ant: 3 Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre…
Ant: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Lectura Bíblica
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Rm 12,9-12
Que su caridad no sea una farsa; aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno. Como buenos hermanos, sean cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad no sean descuidados; en el espíritu, manténganse ardientes. Sirvan constantemente al Señor. Que la esperanza los tenga alegres; estén firmes en la tribulación, sean asiduos en la oración.
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant: Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.
PRECES
Invoquemos a Dios, que ha infundido la esperanza en nuestros corazones, y digámosle:
Tú eres la esperanza de tu pueblo, Señor.
– Te damos gracias, Señor, porque, en Cristo, tu Hijo, hemos sido enriquecidos en todo:
en el hablar y en el saber.
– En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
dales, pues, acierto en sus decisiones, para que te sean gratos en su pensar y obrar.
– Tú que concedes a los artistas inspiración para plasmar la belleza que de ti procede,
haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
– Tú que no permites que la prueba supere nuestras fuerzas,
da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
– Tú que, por boca de tu Hijo, nos has prometido la resurrección en el último día,
no te olvides para siempre de los que ya han sido despojados de su cuerpo mortal.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro
ORACIÓN
Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda, seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. Amén.
V. Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.
Laudes - Miércoles 19 de Junio
MIÉRCOLES 19 DE JUNIO
LAUDES
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
HIMNO
Siempre es hora de la gracia,
¡despierte el alma dormida!
Los cangilones del sueño
van hurtando el agua viva
en la noria de las horas,
de las noches y los días.
Peldaños de eternidad
me ofrece el tiempo en su huida,
si, ascendiendo paso a paso,
lleno mis manos vacías.
Sólo el tiempo se redime,
quitándole su malicia.
Como una sombra se esfuman
del hombre vano los días,
pero uno solo ante Dios
cuenta mil años de espigas.
«Tus años no morirán»,
leo en la Sagrada Biblia:
lo bueno y noble perdura
eternizado en la dicha.
Sembraré, mientras es tiempo,
aunque me cueste fatigas.
Al Padre, al Hijo, al Espíritu
alabe toda mi vida:
el rosario de las horas,
de las noches y los días. Amén.
PRIMER SALMO
Salmo 85: Oración de un pobre ante las adversidades
Bendito sea Dios, que nos alienta en nuestras luchas (2Co 1,3.4)
Ant: 1 Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu gran piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Gloria al Padre…
Ant: Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
CÁNTICO AT
Isaías 33, 13-16: Dios juzgará con justicia
La promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos (Hch 2,39)
Ant:2 Dichoso el hombre que camina por sendas de justicia y habla con rectitud.
Los lejanos, escuchen lo que he hecho;
los cercanos, reconozcan mi fuerza.
Temen en Sión los pecadores,
y un temblor agarra a los perversos:
«¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?»
El que procede con justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión,
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
Gloria al Padre…
Ant: Dichoso el hombre que camina por sendas de justicia y habla con rectitud.
SEGUNDO SALMO
Salmo 97: El Señor, juez vencedor
Este salmo canta la primera venida del Señor y la conversión de las naciones (S. Atanasio)
Ant: 3 Aclamen al Rey y Señor.
Canten al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
griten , vitoreen , toquen:
tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Aclamen al Rey y Señor.
LECTURA BÍBLICA
Jb 1,21; 2,10b
Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant: Ten misericordia de nosotros, Señor, y recuerda tu santa alianza.
BENEDICTO
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre…
Ant: Ten misericordia de nosotros, Señor, y recuerda tu santa alianza.
PRECES
Invoquemos a Cristo, que se entregó a sí mismo por la Iglesia, y le da alimento y calor, diciendo:
Mira, Señor, a tu Iglesia.
– Bendito seas, Señor, Pastor de la Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y la vida;
haz que sepamos agradecerte este magnífico don.
– Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre;
haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado.
– Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos,
y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad.
– Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida, participando en la mesa de tu pan y de tu palabra, para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro
ORACIÓN
Señor Dios, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y, pues con tu sabiduría nos has creado y con tu providencia nos gobiernas, haz que nuestro vivir y nuestro obrar estén del todo consagrados a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. Amén.
V. Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.
Vísperas - Miércoles 19 de Junio
MIÉRCOLES 19 DE JUNIO
VÍSPERAS
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
HIMNO
Ignorando mi vida,
golpeado por la luz de las estrellas,
como un ciego que extiende,
al caminar, las manos en la sombra,
todo yo, Cristo mío,
todo mi corazón, sin mengua, entero,
virginal y encendido, se reclina
en la futura vida, como el árbol
en la savia se apoya, que le nutre
y le enflora y verdea.
Todo mi corazón, ascua de hombre,
inútil sin tu amor, sin ti vacío,
en la noche te busca;
le siento que te busca, como un ciego
que extiende, al caminar, las manos llenas
de anchura y de alegría.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMER SALMO
Salmo 125: Dios, alegría y esperanza nuestra
Si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo (2Co 1,7)
Ant:1 Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre…
Ant: Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
SEGUNDO SALMO
Salmo 126: El esfuerzo humano es inútil sin Dios
Sois edificio de Dios (1Co 3,9)
Ant: 2 Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguen,
que velen hasta muy tarde,
que coman el pan de sus sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
No quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre…
Ant: Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
CÁNTICO NT
Colosenses 1,12-20: Himno a Cristo, primogénito de toda criatura y primer resucitado de entre los muertos
Ant: 3 Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Gloria al Padre…
Ant: Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.
LECTURA BÍBLICA
Lectura de la carta a los Efesios
Ef 3,20-21
A Dios, que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Y ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
MAGNÍFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre …
Ant: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
PRECES
Invoquemos a Dios, que envió a su Hijo como salvador y modelo supremo de su pueblo,
diciendo:
Que tu pueblo te alabe, Señor.
– Te damos gracias, Señor, porque nos has escogido como primicias para la salvación;
haz que sepamos corresponder y así hagamos nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
– Haz que todos los que confiesan tu santo nombre sean concordes en la verdad
y vivan unidos por la caridad.
– Creador del universo, cuyo Hijo, al venir a este mundo, quiso trabajar con sus propias manos,
acuérdate de los trabajadores, que ganan el pan con el sudor de su frente.
– Acuérdate, también, de todos lo que viven entregados al servicio de los demás:
que no se dejen vencer por el desánimo ante la incomprensión de los hombres.
– Ten piedad de nuestros hermanos difuntos
y líbralos del poder del Maligno.
Llenos de fe, invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro
ORACIÓN
Llegue a tus oídos, Señor, la voz suplicante de tu Iglesia, a fin de que, conseguido el perdón de nuestros pecados, con tu ayuda podamos dedicarnos a tu servicio y con tu protección vivamos confiados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. Amén.
V. Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.
Laudes - Jueves 20 de Junio
JUEVES 20 DE JUNIO
LAUDES
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
HIMNO
Autor del cielo y el suelo,
que, por dejarlas más claras,
las grandes aguas separas,
pones un límite al hielo.
Tú que das cauce al riachuelo
y alzas la nube a la altura,
tú que en cristal de frescura
sueltas las aguas del río
sobre las tierras de estío,
sanando su quemadura,
danos tu gracia, piadoso,
para que el viejo pecado
no lleve al hombre engañado
a sucumbir a su acoso.
Hazle en la fe luminoso,
alegre en la austeridad,
y hágale tu claridad
salir de sus vanidades;
dale, Verdad de verdades,
el amor a tu verdad. Amén.
PRIMER SALMO
Salmo 86: Himno a Jerusalén, madre de todos los pueblos
La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre (Ga 4,26)
Ant:1 ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Este ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»
Gloria al Padre…
Ant: ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Cántico AT
Isaías 40, 10-17: El buen pastor es el Dios altísimo y sapientísimo
Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario (Ap 22,12)
Ant: 2 El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario,
y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.
¿Quién ha medido a puñados el mar
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?
¿Quién ha pesado en la balanza los montes
y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?
¿Con quién se aconsejó para entenderlo,
para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?
Mirad, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.
En su presencia, las naciones todas
como si no existieran,
valen para él nada y vacío.
Gloria al Padre…
Ant: El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
SEGUNDO SALMO
Salmo 98: Santo es el Señor, nuestro Dios
Tú, Señor, que estás sentado sobre querubines, restauraste el mundo caído, cuando te hiciste semejante a nosotros (S. Atanasio)
Ant: 3 Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies.
El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la tierra.
El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.
Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
y un Dios vengador de sus maldades.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo…
Ant: Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies.
LECTURA BÍBLICA
Lectura de la primera carta de Pedro
1P 4,10-11
Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la palabra, que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo.
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant: Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos.
BENEDICTO
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias al Señor, que dirige y guía con amor a su pueblo, y digámosle:
Gloria a ti, Señor, por los siglos.
– Padre clementísimo, te alabamos por tu amor,
porque de manera admirable nos creaste, y más admirablemente aún nos redimiste.
– Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo de servirte,
para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y acciones.
– Purifica nuestros corazones de todo mal deseo,
y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad.
– Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos,
para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor.
Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo: Padre nuestro
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno: a los pueblos que viven en tiniebla y en sombra de muerte, ilumínalos con tu luz, ya que con ella nos ha visitado el Sol que nace de lo alto, Jesucristo, nuestro Señor. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †y Espíritu Santo, descienda sobre Ustedes.
R. Amén.
V. Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.
Laudes - Viernes 21 de Junio
VIERNES 21 DE JUNIO
LAUDES
San Luis Gonzaga, religioso, memoria obligatoria
Común de santos varones, para religiosos
V. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Cantemos nuestra fe y, al confesarla,
unidas nuestras voces de creyentes,
pidamos al Señor que, al proclamarla,
inunde con su luz a nuestras mentes.
El gozo de creer sea alegría
de servir al Señor, y su Palabra
simiente en crecimiento día a día,
que al don de su verdad el mundo abra.
Clara es la fe y oscuro su camino
de gracia y libertad en puro encuentro,
si crees que Jesús es Dios que vino,
no está lejos de ti, sino muy dentro.
Legión es la asamblea de los santos,
que en el Señor Jesús puso confianza,
sus frutos de justicia fueron tantos
que vieron ya colmada su esperanza.
Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
si nuestra fe vacila, si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén.
PRIMER SALMO
Salmo 50: Misericordia, Dios mío
Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la nueva condición humana (Ef 4,23-24)
Ant:1 Contra ti, contra ti solo pequé, Señor, ten misericordia de mí.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre…
Ant: Contra ti, contra ti solo pequé, Señor, ten misericordia de mí.
CÁNTICO AT
Jeremías 14,17-21: Lamentación del pueblo en tiempo de hambre y de guerra
Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio (Mc 1,15)
Ant:2 Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la Doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿Tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
Gloria al Padre…
Ant: Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
SEGUNDO SALMO
Salmo 99: Alegría de los que entran en el templo
El Señor manda que los redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Ant: 3 El Señor es Dios, y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que Él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades»
Gloria al Padre…
Ant: El Señor es Dios, y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño
LECTURA BÍBLICA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Rm 12,1-2
Les exhorto hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar sus cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es su culto razonable. Y no se ajusten a este mundo, sino transfórmense por la renovación de la mente, para que sepan discernir lo que es voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
V. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Y sus pasos no vacilan.
R. La ley de su Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant: «El que cumple la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre», dice el Señor.
BENEDICTO
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: «El que cumple la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre», dice el Señor.
PRECES
Adoremos, hermanos a Cristo, el Dios santo y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémoslo, diciendo:
Tú solo eres santo, Señor
– Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,
compadécete de nuestras debilidades.
– Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,
danos el progresar en caminos de santidad.
– Señor Jesús, que quieres que seamos la sal de la tierra y la luz del mundo,
ilumina nuestras vidas con tu propia luz.
– Señor Jesús, que viniste al mundo para servir, y no para que te sirvieran,
haz que sepamos servirte a ti y a nuestros hermanos con humildad.
– Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,
haz que en la gloria contemplemos tu rostro.
Llenos del Espíritu de Jesucristo, acudamos a nuestro Padre común, diciendo: Padre nuestro
ORACIÓN
Señor Dios, dispensador de los dones celestiales, que has querido juntar en san Luis Gonzaga una admirable inocencia de vida y un austero espíritu de penitencia, concédenos, por su intercesión, que, si no hemos sabido imitarle en su vida inocente, sigamos fielmente sus ejemplos en la penitencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. Amén.
V. Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.