jueves , octubre 3 2024

MENSAJE DEL OBISPO DE TACNA Y MOQUEGUA SOBRE LA CLAUSURA DEL JUBILEO MARIANO

El Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, Mons. Marco Antonio Cortez Lara ha emitido un mensaje con motivo de la Clausura del Año Jubilar Mariano por los «300 Años de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora del Rosario» en el que invita a todos los fieles a ser parte de este acontecimiento de amor y devoción a la Madre de Dios y Madre nuestra.

A continuación les presentamos el mensaje completo.

MENSAJE CON MOTIVO DE LA CLAUSURA DEL JUBILEO MARIANO POR LOS 300 AÑOS DE LA SAGRADA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, PATRONA DE LA DIÓCESIS DE TACNA Y MOQUEGUA

Muy querido pueblo santo de Dios, que peregrina en estas queridas tierras del sur del Perú.

Al dirigirme al presbiterio diocesano, a mis hermanos y hermanas de la vida consagrada, como a todas las comunidades que conforman esta Iglesia local en sus cuatro sectores, lo hago con el corazón agradecido, de haber recibido todos nosotros abundantes gracias, de parte de Dios Padre en su Hijo Jesucristo y por el Espíritu Santo, que es Luz sobre toda luz.

A lo largo del Jubileo que estamos terminando con motivo de los 300 años de María en su advocación de Nuestra Señora del Rosario y recordando lo que les dije al iniciar este Jubileo en mi mensaje, citando al Papa Francisco, que: “El Perú era una tierra ensantada”, he llegado a la conclusión que nuestra Diócesis es tierra de María.

Por eso, junto con el salmista, decimos ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho, alzaré la copa de la salvación e invocaré su santo nombre (Sal. 116, 12-14)

Desde que se aperturó el Jubileo y se abriera la puerta Santa, estoy convencido de que el Señor no ha cesado de sorprendernos, manifestando su inmenso amor y su paternidad en sus hijos que peregrinamos en esta tierra. Así como les dirigí mi mensaje del 06 de diciembre del año pasado invitándoles a vivir este tiempo jubilar como una oportunidad que el Señor nos concedía a través de su Madre, ahora me permito invitarlos a agradecer al Él, por sus bondades, expresadas a lo largo de este tiempo que hemos vivido.

Nos hemos acercado personal y comunitariamente al Señor, a través de su Madre Santísima, ella ha estado visible en la Iglesia Catedral para la veneración de todos nosotros. Al mismo tiempo se preparó una réplica de la Virgen y la hemos llamado la “Virgen Peregrina”; ella ha recorrido cada rincón de las parroquias rurales, las parroquias del sector Moquegua e Ilo, las comunidades parroquiales de Tacna y en las Instituciones Educativas, la han recibido muchos niños y jóvenes.

Hemos tenido, como comunidad, la oportunidad de ganar la Indulgencia Plenaria, que el Santo Padre tan paternalmente nos ha concedido. Hemos podido celebrar diversos jubileos donde han estado presentes las comunidades parroquiales por sectores, los movimientos y grupos de espiritualidad, los ancianos, las madres y los padres en sus respectivos días de celebración, las manifestaciones de piedad popular, los migrantes, el clero diocesano, los maestros, los estudiantes, los de la vida consagrada, los monaguillos, los catequistas, nuestros hermanos de la Policía Nacional junto a las enfermeras y enfermeros, Fuerzas Armadas, jóvenes y universitarios; es decir, un abanico de realidades tanto eclesiales como civiles, que han sido una muestra del amor infinito de Dios en su Madre, Nuestra Señora del Rosario.

Y ahora que nos estamos preparando para la Clausura de este Jubileo, el Señor nos vuelve a sorprender, ya que en esta celebración la Sagrada Imagen va a recibir la ofrenda del Santo Padre, es decir, la llamada condecoración papal “Rosa de Oro”, que es una “ofrenda floral”, que el Papa concede a realidades eclesiales y a imágenes de gran trascendencia en la Iglesia; basta decir que en América son pocas las imágenes que tienen esta condecoración: la Virgen de Guadalupe (México), la Virgen de la Caridad del Cobre (Cuba), Nuestra Señora La Antigua (Panamá), Nuestra Señora de Luján (Argentina), Nuestra Señora de Aparecida (Brasil). Y ahora nuestra amada Señora del Rosario, que se venera en esta Iglesia diocesana, recibirá esta magna condecoración, lo cual es una invitación a que todo el Pueblo de Dios, sea cada vez más mariano y más cristiano.

Es una gran responsabilidad, recibir esta ofrenda del Papa, por ello él ha dispuesto que sea el Señor Nuncio en el Perú, Mons. Paolo Rocco Gualtieri, que entregue este presente a la Virgen.

Por tal motivo, les comparto las directrices que van a orientarnos para esta fiesta de Clausura que serán el 04 y 05 de octubre del presente. Ustedes ya habían considerado quizás el día 07, festividad de nuestra Madre, como lo dije desde el comienzo del Jubileo; pero en el transcurso del tiempo, se ha visto por conveniente para mayor participación de fieles, realizarlo en las fechas indicadas:

Primero, el día 04 de octubre tendremos la Vigilia Solemne, con dos momentos: iniciamos con el rezo del Santo Rosario con la Solemne Procesión de la Sagrada Imagen de la Virgen, donde participaremos los cuatro sectores, alrededor de la Iglesia Catedral. Terminado este primer momento, se tendrá el rezo de la oración de las Vísperas solemnes.

Cabe recalcar que, aunque la imagen de Nuestra Señora del Rosario, se ha encontrado presente en Tacna, no quiere decir, que sea solamente de esta ciudad, ella es patrona de toda la Diócesis, por ello que todos los creyentes tendremos la oportunidad de manifestar nuestro amor, a través de la participación en esta vigilia.

Por ello, precisamente para facilitar la participación en esta fiesta, dispongo que los párrocos inviten y animen a participar a todos sus fieles y puedan cancelar las misas vespertinas, a partir de las 6:00 p.m.

Y el sábado 05 de octubre a las 10:00 a.m. celebraremos la Santa Eucaristía en la Iglesia Catedral, para ello les pido estar con anticipación. Esta celebración será presidida por S.E. Mons. Paolo Rocco Gualtieri, Nuncio Apostólico en el Perú; Mons. Javier del Río, arzobispo de Arequipa; Mons. Juan Carlos Asqui, mi obispo auxiliar y mi persona. En esta celebración seremos testigos de la imposición de la Rosa de Oro a la imagen de Nuestra Señora del Rosario y al término, se clausurará la Puerta Santa, que se abrió el 07 de enero de este año.

Se han dispuesto, para que todos sean testigos de esta gran celebración, pantallas en los laterales y exteriores de la Iglesia Catedral, así mismo se han invitado a las autoridades de las regiones que comprende nuestra Diócesis; del mismo modo, a los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Peruana y a mis hermanos obispos de Chile y Bolivia. Es por ello, que como anfitriones debemos darle esa gran connotación a este evento trascendental diocesano.

Con estas disposiciones tendremos la oportunidad maravillosa de prepararnos no solo con gestos externos, sino con una disposición interior, iniciada con la catequesis exhaustiva para que la gran mayoría pueda ganar la indulgencia plenaria, que nos lleva a la conversión superando nuestras debilidades y poniendo al Señor en nuestro corazón, por medio del sacramento de la Reconciliación.

Me nace en este momento invocar a María como lo han hecho todas las generaciones: “Acordaos, oh piadosísima Virgen María que jamás se ha oído decir, que ninguno de los han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia, reclamando vuestro socorro, haya sido desamparado de Vos”. Efectivamente, terminamos este Jubileo Mariano con la convicción que María nos ha escuchado, nos ha acompañado, nos ha mirado, con corazón de Madre ha enjugado nuestras lágrimas, ha escuchado nuestras plegarias; por todo ello, preguntémonos ¿Qué nos queda ahora? La respuesta debería ser: Seguir siendo una tierra mariana, seguir siendo una Diócesis de María y de Jesús.

Mis queridos hermanos, termino mi mensaje animándolos a que con tiempo nos preparemos, les sugiero ahondar en la Palabra de Dios, en este mes que está dedicado a ella, además en la reconciliación sacramental con el Señor.

Los espero para la Vigilia y la Santa Misa de Clausura. Que el Señor los bendiga y la Virgen nos acompañe a todos.

Tacna, 05 de setiembre del 2024

                                                          + Mons. Marco Antonio Cortez Lara

                                               Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua

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