Objetivo: Descubrir que el mayor milagro es la respuesta generosa para seguir al Señor y comprometernos con la misión.
Tema: Desde la misión descubre tu vocación.
Lema: Jesús nos dice: «La cosecha es abundante y los obreros son pocos». Y tú ¿A qué te comprometes? (Cfr. Mt. 9,37)
Texto bíblico: Evangelio de San Mateo 9, 35 – 38.
«Jesús recorría todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas judías, anunciando la Buena Noticia del reino y sanando
todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla». Palabra de Dios.
Justificación
Entramos al mes de octubre, mes del Señor de los Milagros, mes en que el pueblo de Dios busca un milagro, de lo que más ansia y se le pide con mucha fe. Esta fiesta es la expresión más grande de fe y de piedad del pueblo peruano. El coro del Señor de los Milagros que se canta en las procesiones lo expresa: «Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión tus fieles devotos, a implorar tu bendición». No es fácil reponerse, las secuelas se van viendo en todos los niveles de la vida de las personas, por eso necesitamos una bendición, un milagro.
Al caminar durante estos meses en la experiencia del encuentro, nos vamos dando cuenta de la realidad en que viven muchas personas que en silencio van sufriendo; andan como ovejas sin pastor, Jesús lo diría así: «La cosecha es abundante y los obreros son pocos» (Mt.9,37). Necesitamos más discípulos que quieran caminar con Jesús y con su pueblo, que animen y consuelen. Las parroquias no tienen suficientes integrantes en los grupos para acompañar, escuchar y consolar. Muchas zonas parroquiales todavía no están organizadas, también hay pocas vocaciones para la vida consagrada. Nuestro mismo seminario diocesano tiene pocos seminaristas. Es un milagro hoy tener un nuevo sacerdote, una nueva religiosa o un laico que
decide comprometerse al servicio de Dios y de las comunidades parroquiales; es un milagro que de una parroquia pueda salir una vocación. Tener vocaciones es un milagro, es una bendición.
Poder descubrir nuestra vocación de servicio en la parroquia verdaderamente es un milagro, es una bendición para todos aquellos que podrán beneficiarse de la respuesta generosa de los que sienten el llamado de Dios. Por eso no solamente vayamos en procesión, pidiendo de corazón al Señor de los Milagros que siga tocando los corazones, sino sobre todo que haya una respuesta generosa de querer comprometernos con Él. Una comunidad parroquial con vocaciones es una parroquia que muestra su vitalidad, tiene asegurada la fe de su presente y de su futuro, una iglesia con vocaciones tiene futuro.
Además de orar y rezar por el aumento de vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales, debemos orientar todo nuestra
acción pastoral a que se descubra la vocación a la que Dios nos llama, «toda pastoral es vocacional». La iglesia por naturaleza es misionera, estamos llamados a salir de nuestro confort, de lo que siempre hacemos; el Papa Francisco lo dice de otra manera: «Una iglesia en salida». Es en la misión donde salimos al encuentro con el hermano y desde la misión descubrimos nuestra vocación de servicio, nos damos cuenta que la cosecha del reino de Dios es grande y que necesitamos más obreros. Nos invita a decirle sí al Señor, un sí para siempre.
Dentro del itinerario de los discípulos de Emaús es en el encuentro con Cristo que uno retoma la misión dentro de la comunidad, por algo el Señor enviaba a sus discípulos de dos en dos, la comunidad es la Iglesia. «En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once y a todos los demás» (Lc. 24, 33).
Es en la comunidad donde podemos discernir qué es lo que Dios quiere para su pueblo, una parroquia organizada, que tiene todas las estructuras y niveles de pastoral y que discierne junta, más fácil puede descubrir su misión y vocación.
Gesto y acción significativa:
A nivel familiar:
* Motivar la participación de la familia en la vida parroquial.
A nivel de zonas parroquiales:
* Feria vocacional con distintos servicios que ofrece la parroquia.
*En una celebración del Señor de los Milagros en la zona destinar un momento de oración para pedir por las vocaciones: laical, matrimonial, religiosa y sacerdotal.
(Subsidio proporcionado por el EDAP).