La Iglesia celebra como cada año, el día 2 de Febrero, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, cumpliendo sus XXVI años en este 2022.
Este día coincide con la celebración de la Presentación del Señor en el Templo y la Purificación de la Santísima Virgen María.
A veces, nos preguntamos qué es y en qué consiste la Vida Consagrada hoy día, y es de gran importancia. Es una parte esencial de la Iglesia, querida por Cristo. «La vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia» (Vita consecrata, n. 3).
Es una respuesta «al llamado de Dios», imitando de un modo más íntimo la vida de Cristo, siendo un don necesario para todos los cristianos.
Por ello, hemos de agradecer a Dios por el don de la vida consagrada. Ella enriquece con sus virtudes y carismas a la Iglesia dando testimonio de la entrega total al Señor.
Estas vidas consagradas quieren ser signos y ofrendas generosas al Señor que ayudan a construir una convivencia humana fraterna.
Como nos dice el Papa Francisco: «siendo testigos de esperanza para todos, mirando más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna. ¡Caminemos con esperanza!». (cf. Fratelli tutti, n. 55).