Compartimos con ustedes los artículos escritos por el Pbro. Alexander Arcilla Arias, Asesor de la Pastoral de Comunicaciones en Tacna, sobre las ponencias que se desarrollaron en el Congreso Diocesano «La Religiosidad Popular: Evangelización y Misión» los días 24, 25 y 26 de octubre.
RESEÑA DE LA PONENCIA DE MONSEÑOR JAVIER AUGUSTO DEL RÍO ALBA, ARZOBISPO DE AREQUIPA Monseñor Javier Del Río Alba, inicia su ponencia indicando que hay “dos aspectos esenciales de la vida cristiana: la cruz y la fe”, elementos que no se pueden aislar de nuestra vida apostólica. La cruz y la fe tienen que ser el punto de partida para que nosotros podamos vivir el Evangelio de Cristo. Así también, Señaló que “en Jesucristo Dios revela el Hombre al propio hombre” y que conociendo a Jesucristo el hombre se conoce así mismo. De la misma forma indicó que este misterio no lo entendían los apóstoles y que es por ello que Felipe le pregunta: “Muéstranos al Padre y esto nos basta”. Así pues que si queremos saber quién es Dios, es necesario, conjugar las dos afirmaciones en la cruz y en la fe y así poder encontrar la esencia de nuestro cristianismo, indicó el prelado. Pero ese Dios que se revela en Cristo, enfatizó Monseñor Javier, espera una respuesta del hombre y esa respuesta debe ser desde la fe. Una fe que nos lleva a reconocer a Cristo crucificado que es capaz de salvarme y de darme el lugar que nos corresponde: la resurrección, la vida eterna. Dejó claro que esto no es automático sino que debe ser una experiencia de Dios en cada uno de nosotros que, creándonos libres, se dona y nos lleva a acoger ese amor en nuestro corazón. Esta devoción nos traslada al centro del cristianismo, devoción que se va haciendo fuerte y que va adquiriendo sus formas de expresión cada vez más ricas y fascinantes. Dicha devoción, insistió el Arzobispo, forma parte de nuestra identidad y es una gran riqueza que en algunas ocasiones, si nos descuidamos, se puede mezclar con algunos elementos no cristianos y por ello es necesario purificar. Recordó, que la devoción a la cruz, debe verse a la luz del misterio Pascual de Cristo (Muerte, Resurrección, Ascensión –de Cristo- y el envío de su Espíritu Santo en pentecostés) El Arzobispo precisó que la devoción a la Cruz expresa la fe en Cristo y en todo aquello que nos ha revelado el mismo Jesús: por tanto, la cruz es la puerta de entrada al cielo, escándalo (un hombre bueno debía ser bendecido y no muerto en una cruz) para los judíos y necedad para los gentiles (creían en los ídolos y a ellos le pedían de todo). La verdadera devoción es agradecer a Dios y entrar con Jesucristo en el camino de la cruz. «No es posible avanzar por la vida cristiana sino somos capaces de cargar con los pecados del mundo y hacer parte de los sufrimientos que padeció Cristo» –concluyó Monseñor Javier-.
LA DEVOCIÓN A LA SANTA CRUZ COMO EXPRESIÓN DE FE
RESEÑA DE LA PONENCIA DE MONSEÑOR GILBER GÓMEZ GONZALEZ, OBISPO DE LA DIÓCESIS DE ABANCAY “Es muy importante reconocer el papel de la Virgen María en la cultura de nuestros pueblos” esta frase de Monseñor Gilber Gómez, recoge el sentir de un pueblo que no deja de venerar y de honrar a la Madre de Dios. Este elemento es fundamental si queremos rendir un culto verdadero y cierto a la madre de Dios y su influencia en nuestra Iglesia particular. Sin embargo, se hace necesario seguir en la lucha de una purificación en nuestras maneras de expresar dichas devociones, pues de lo contrario, indica Monseñor Gilber “se puede perder el horizonte cristiano y caer en errores que desdeñan la verdadera devoción a la Santísima Virgen María”. Monseñor, hizo un breve recorrido por algunas advocaciones marianas que son de suyo fundamentales para crecer en nuestra fe. «María camina en nuestra historia y hace parte de nuestros itinerarios de fe y esto debe, por una parte, llenarnos de alegría, de motivación y de cariño, pero por otra, no perder nunca el norte esencial de nuestra fe que es Cristo» enfatizó el prelado. “La evangelización nos ha traído muchas maneras de amar a la Virgen María”, señaló Monseñor Gilber, y este elemento es fundamental a la hora de acercarnos a cualquier advocación y no desligarla nunca del Misterio Pascual de Cristo.
MARÍA MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA, ES SUS DISTINTAS ADVOCACIONES EN LA RELIGIOSIDAD POPULAR DE NUESTROS PUEBLOS
RESEÑA DE LA PONENCIA DE MONSEÑOR GUILERMO VERA SOTO, OBISPO DE LA DIÓCESIS DE IQUIQUE – CHILE “Los bailes religiosos son instituciones católicas de fieles que se reúnen para dar culto al Señor, La virgen y Los Santos” “Es una forma de alabanza a Dios muy antigua (sal 150) a David, por ejemplo en el A.T. se le ve danzando. Es pues, según Monseñor Guillermo Vera, una acción milenaria que históricamente busca con dichas danzas orar a Dios, desde el respeto y la devoción. Los bailes religiosos “expresan el sentir de las personas y un pueblo creyente. Una raíz que viene de nuestros ancestros, resultado de una experiencia humana y religiosa. Un canto vivaz, desde lo profundo del hombre que se vincula con la trascendencia”, indicó el purpurado. No es algo secundario o añadido, esto sería olvidar la unción del Espíritu Santo, expresan, además, un sentido grande de la Trascendencia y hace parte de la espiritualidad cristiana que integra lo corpóreo, lo gestual, lo simbólico y lo espiritual, resaltó el Obispo. Así también, Monseñor Guillermo, dijo que los bailes religiosos tienen “una cuota de obra social” para ayudar en aquellos momentos de dificultad de las comunidades y deben estar integrados con la vida de la Iglesia. Tienen un carácter laical y porque no decirlo, familiar. No obstante, señaló Monseñor, se notan al interior de algunas instituciones de bailes religiosos “luchas de poder, cuestiones políticas, actitudes no muy arraigadas al cristianismo, una cuestión a veces más administrativa que religiosa, que ciertamente se deben purificar y han de volver la mirada a lo que le atañe: lo religioso, la piedad, el amor a Dios. “Se deben pues integrar a la Iglesia, favorecer las relaciones con los Obispos, han de ser formados adecuadamente”, indicó finalmente el Obispo en su ponencia, que fue leída por el seminarista Armando Barraguéz.
LOS BAILES RELIGIOSOS: EXPRESIÓN DE FE DE UN PUEBLO QUE REZA DANZANDO
Reseña de la Reflexión del Pbro. Guillermo Purisaca Morante, Vicario General – Diócesis de Tacna y Moquegua Elementos de la religiosidad Popular La religiosidad popular – indicó el padre Guillermo- tiene unas características especiales. Veamos algunas de ellas: -Tiene una “Dimensión personal” el hombre que busca encontrarse con Dios. -Tiene también una dimensión participativa: la piedad popular tiene una enorme capacidad de convocatoria e involucra a cientos de personas (sacerdotes, laicos, familias enteras) y las devociones que se transmitieron de generación en generación. -Tiene también sus propios lenguajes y maneras de expresión: cualidades de la religiosidad popular que no se pueden despreciar. Elementos que son un “tesoro que debemos conservar” y esos lenguajes y esas maneras de expresión hacen parte de su identidad, de la esencia propia de la piedad popular, recalcó el Pbro. Guillermo en su presentación. Los elementos de la religiosidad Popular «deben ser un espacio de “encuentro con Jesucristo”; en la Evangelii Gaudium se nos dice: “hace falta acercarse a la religiosidad popular con la mirada del buen pastor que no busca juzgar sino amar” (Papa Francisco). No se debe juzgar una realidad que no conocemos. Hay que adentrarnos a la piedad popular con el fin de potenciarla y rescatar lo bueno que hay en ella. Tener ante ella una mirada de fe. En la esencia de la piedad popular está la fuerza del Espíritu Santo que la ilumina, que la centra en el Misterio Pascual de Cristo. La Piedad Popular, tiene en cuenta el dolor y el sufrimiento de las personas. Por tanto, la piedad popular se convierte en una auténtica catequesis que pone al alcance de muchas personas sencillas la fe cristiana. Es por ello que se debe acompañar a las personas, ayudarlos a descubrir la riqueza de la piedad popular, recordarles cuál es su función y por lo tanto, se deben integrar en la realidad misma de la parroquia. Evitar aislamientos y garantizar cómo las hermandades y cofradías se pueden organizar mejor y que se puedan regir por los cánones de la Iglesia. Por ello se deben acoger y hacerlos partícipes en la la Evangelización. Ofrecerles una formación integral, que abarque todos los aspectos de la vida cristiana. Una piedad popular que se debe relacionar con la sagrada Escritura, señaló el Padre Guillermo. Reseña de la reflexión del Pbro. Edilberto Martínez Martínez, Vicario General – Diócesis de Tacna y Moquegua «La Piedad popular se expresa de muchas formas» señaló el padre Edilberto: en las cruces, en los santos, en las Asociaciones con sus danzas religiosas, en las diferentes advocaciones y en las distintas expresiones de la vida de fe de la Iglesia. Estos signos y expresiones nos deben llevar a celebrar y a vivir la dimensión misionera de la Iglesia. Indicó también, que se debe tener en cuenta que la “devoción por la devoción no es suficiente, se empobrece doctrinal mente; pues una devoción que no nos lleva a la Misión pierde su centralidad. Por tanto, la Piedad Popular es el resultado del encuentro de la fe y de la cultura que poseemos. Estamos llamados a vivir la fe desde el día a día, en el encuentro con Dios y con los hermanos, es cierto que los medios de comunicación son herramientas, pero no podemos contentarnos solo con eso, hay que reconocer que la Piedad Popular se vale de un rostro viviente: el rostro de Cristo que se hace presente también en los hermanos, señaló el Padre. El padre Edilberto, termina esta reflexión haciendo las siguientes interrogantes: ¿Qué sentido le da la gente a las distintas expresiones de fe? ¿Qué cosmovisión manejan? ¿cuáles son sus motivaciones? ¿por qué su comportamiento es así? ¿qué grupos son los que participan?¿qué prácticas se viven al interno de los grupos y las asociaciones o compañías? ¿Qué esperan los grupos? Y nosotros ¿qué esperamos de ellos?
¿CÓMO EVANGELIZAR Y TRASMITIR LA FE A TRAVÉS DE LA PIEDAD POPULAR?